Cada escena sigue un proceso que comienza con la creación de bocetos, los cuales se van iterando hasta llegar a un boceto final sólido. Luego, se desarrolla el arte lineal, perfeccionando los detalles y asegurando que cada trazo sea claro y preciso para dar vida a la escena.

Teniendo el arte de línea final, se realiza una prueba de color para explorar las combinaciones y tonos. Luego, se prueba con acuarelas para ajustar la paleta y ver cómo se integran los colores en el papel. Una vez definidos los colores, la escena se pinta completamente a mano con acuarelas, capturando la textura y la vitalidad que dan vida a cada ilustración.